¿Sabiduría o Autoayuda?




“Pensar es pensar lo ambiguo y denunciar lo equívoco.”
François Jullien


Pensar filosóficamente es pensar juntos lo que no puede ser separado, lo ambiguo, y discriminar lo que no ha sido separado y tendría que serlo, lo equívoco.

La noción de sabiduría es equívoca, remite a diferentes voces, cobra sentidos diferentes. Por un lado, el sentido fuerte, la sofia de los Griegos, el tao de los Chinos. Una sabiduría que adviene sin buscarla, como resultado de un proceso experiencial y vital, como consecuencia de una reflexión profunda y sostenida, como fruto de una maduración. Por otro lado, el sentido flojo, una pseudo sabiduría que se vende y se compra. Por un lado, máximas como síntesis propia de una comprensión conceptual y experiencial. Por otro lado, eslóganes como frases hechas, sin consistencia conceptual, encontradas en el mercado.

Máximas como “Conócete a ti mismo” de Sócrates, “Carpe diem” de Horacio, “Conviértete en ti mismo” de Nietzsche, han sido recuperadas por el marco ideológico de la cultura actual que suele nombrarse neoliberalismo. El desarrollo de la subjetividad, como resultado de un camino de individuación o iniciación, como instauración de una distancia sana entre uno mismo y uno mismo, se ha convertido en una subjetividad narcisista, una apología del yo que cree poder liderar su vida, iluminarse por sí mismo, y autorealizarse como sujeto independiente del universo. 

¿Sujeto? El sujeto de la antigua sabiduría remitía a la esencia. ¿Quien eres? La vida. El sujeto de la sabiduría neoliberal remite al ego: ¿Quien eres? Yo. Un yo que puede todo con sus propias competencias.

¿Auto? El “auto” antiguo remitía a la autopoesis, al tao, al proceso, a la vida misma. Hoy en día, el “auto” de la autoayuda, autoapoyo, autorealización, autonomía, remite al ego. Yo me apoyo a mi mismo, yo me ayudo a mi mismo, yo crezco por mi mismo, yo me autorealizo por mi mismo.

Lo que era liberador ayer es alienante hoy. La filosofía libera de las ideologías. El tema de nuestro tiempo es liberarse de la ideología del yo con su correlato mercado neoliberal de la subjetividad. En vez de ser más yo, dejar de ser yo.

Para ello, conceptos más subversivos para nuestro tiempo son lo transpersonal y lo vincular.

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