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Lo cotidiano y lo cósmico

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Nosotros, seres humanos, vivimos nuestro día a día, en el planeta Tierra, ocupados a sobrevivir. Como especie, llevamos millones de años preocupados por la supervivencia. Y esta lucha por la supervivencia está en nuestro cuerpo, en la memoria de cada célula de nuestro cuerpo. Al mismo tiempo, a veces, nos paramos, y miramos el cielo. Contemplamos las estrellas y podemos recordar nuestro origen. Vivimos en la Tierra pero venimos del Cielo. Mientras estemos en nuestras tareas cotidianas, siguen los movimientos del Cielo. Mientras pongamos en marcha una lavadora, los planetas siguen girando alrededor del sol. Coexisten en nosotros estas dos tendencias: lo instintivo y lo holístico. Sobrevivimos desde la inteligencia tecnológica, cuya percepción es separativa, la cual nos permite protegernos de otros tribus, modificar la naturaleza para alimentarnos. Al mismo tiempo podemos contemplar. Contemplamos desde la inteligencia vincular (que contiene pero va mucho más allá que

Mantenerse evolutivo, estar en proceso

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“Sin prisa pero sin pausa.” Refrán popular El ser humano está en proceso. Participando de la naturaleza, como cualquier planta o animal, crece, se desarrolla, se despliega, vive. Los dos extremos que conllevan sufrimiento son el estancamiento en el pasado o la tensión hacia el futuro. Puedo fijarme, identificarme, cristalizarme, apegarme, bloquearme, pararme, acomodarme. O puedo tensarme, presionarme, imponerme, estresarme, exigirme. El pasado como el futuro me pesan. Vivir es mantenerse evolutivo, es estar en constante renovación, fluir, dejarse ir. No es pues estancarse y paralizarse. No es tampoco progresar, mejorar, perseguir una meta, tender hacia un ideal, imponerse un objetivo, moralizarse.  El arte del acompañamiento (del otro como de sí mismo) es la transformación del bloqueo en avance. Liberarse tanto del peso del pasado como del peso del futuro. Pasado, presente y futuro son uno. El aquí y ahora no es la inmediatez de un presente sin conciencia del

Contracultura: tema del tiempo de Ortega

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“Cada vida es un punto de vista sobre el universo.” José Ortega y Gasset Por un lado, la vida espóntanea, natural, primitiva, salvaje, genuina, que aún no ha descubierto el otro lado, la razón, la reflexión, la intelección, el mundo inteligible de las Ideas y de los Conceptos, la cultura. Con el descubrimiento de la razón por Sócrates y su elaboración hasta Descartes y el cuestionamiento de sus límites por la crítica de Kant, Europa ha desarrollado una cultura racional, objetiva, espiritual con sus valores dominantes de verdad, bondad y belleza. Pensar la verdad, actuar con bondad y sentir la belleza. La razón permite construir y definir lo que es verdadero, justo, bueno, bello, etc. Si en la vida todo es relativo, cambiante, diverso, múltiple, la cultura es absoluta, permanente, una. Así, la vida se pone poco a poco al servicio de la cultura. La vida cobra sentido, valor y justificación en la cultura. Vivir para la ciencia, para el arte, para la política. Vivir para

Sentido crítico

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“La capacidad crítica requiere abrirse a la comprensión y no dejarse llevar simplemente por formulas construidas de opinión.”  José Jiménez “No es tanto decir si me gusta o no, sino poner en cuestión lo que me gusta.”  Jorge de los Santos Se oye a veces que hay que experimentar y no pensar, que no hay que juzgar sino aceptar. Se oye también que todo se vale porqué todo es relativo. ¿No hay que criticar? Criticar es ejercer la inteligencia. Criticar es separar, distinguir, valorar, enjuiciar con una sustentación de argumentos racionales. No tiene nada que ver con agradar o desdeñar, con decir me gusta o no me gusta, y no sirve para ir hacia lo que me da placer o evitar lo que me es desagradable. Criticar es, por ejemplo, poner en cuestión lo que me gusta y lo que me disgusta, poner en cuestión mis propias sensaciones y el efecto de las formas del mundo sobre mí. Criticar es cuestionar, poner en duda, poner en movimiento, movilizar. Criticar es romper l

La vulnerabilidad y las lágrimas sagradas

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La vulnerabilidad es la calidad de ser herido ( vulnus =herida), la capacidad de ser dañado.  El ser humano es vulnerable. Yo soy vulnerable. Tengo necesidades (materiales, emocionales, intelectuales o espirituales) que no son garantizadas y que pueden permanecer insatisfechas. Tengo preocupaciones que pueden ser no atendidas. Tengo miedos, ansiedades, temores, etc. Desde el yo tengo dos opciones. Puedo negar mi vulnerabilidad, pasarla por alto, ignorarla, rechazarla. Justificar mi vulnerabilidad y quitarle importancia. Proyectarla en el otro y aparecer yo poderoso y ver el otro como vulnerable y así tener el poder sobre él, controlarlo o manipularlo (incluso desde la ayuda). O puedo hundirme en mi vulnerabilidad y victimizarme, desresponsabilizarme, hacer cargo al otro de mi vulnerabilidad, abdicar en el otro, buscar ser rescatado o salvado por el otro. En el primer caso, niego mi vulnerabilidad y sólo me reconozco en el poder. Yo puedo todo (omnipotencia)

Lógica sujeto-objeto

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“El hombre es un lobo para el hombre” Thomas Hobbes “El hombre es un dios para el hombre” Baruch Spinoza Percibir implica muchas cosas.  La percepción espontánea, ordinaria, consensual, del ser humano está condicionada por el lenguaje. Lo percibido está nombrado y por consecuencia dividido. El mundo que me rodea me aparece como un conjunto de cosas, cada cosa estando separada de la otra. Un mundo de objetos. A su vez, me percibo a mí mismo separado de este mundo que percibo a mi alrededor. Pero como tengo conciencia de mí mismo me percibo no como un objeto sino como un sujeto. Así percibir es percibirse a sí mismo como un sujeto separado de un mundo de objetos separados los unos de los otros. Desde esta percepción, percibo a los otros seres humanos como objetos, y sé que me perciben a mi como un objeto. Esta separación sujeto-objeto implica también relaciones extrínsecas entre los objetos, entre los objetos y los “sujetos”. La ciencia explica lo que ocurre desd

Imperativos

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Como se suele reconocer, por afirmarlo de manera realista o por negarlo de manera idealista, el ser humano es egoísta. Que se lo legitime (el ser humano siendo un animal egoísta que busca sus propios intereses) o que se lo denuncie (el ser humano tiene que cultivar valores altruistas) se sigue pensando en términos duales, según la lógica sujeto-objeto, dirigiéndose al yo. El yo tiene pues dos opciones. O se entrega a su egoísmo o se trabaja a sí mismo para desarrollar su altruismo. En los dos casos, el yo no se libera de su egocentrismo. La moral idealista impone al yo desarrollar valores. El yo tiene que ser compasivo, amable, respetuoso, etc. Cualquier moral es una imposición de valores extrínsecas al yo. El yo tiene que obedecer. Obedecer a una autoridad externa o a su propia autoridad cuando ha introyectado los valores, imponiéndose su propia autoridad. Valores extrínsecas, mandatos, normas, introyectos. Que la moral sea cristiana, hedonista, neoliberal, religios

¿Puedo cambiarme yo a mí mismo?

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Yo , sólo me puedo dar cuenta. No se trata de estrategias, de control, de competición, de motivación, de tomar decisiones, de buscar soluciones, de pasar a la acción o actuar más o actuar de otra manera, de pensar mejor, de conocer o saber más. Se trata de darse cuenta ( insight ), que conlleva un cambio de percepción (salto de conciencia, cambio de estado-nivel de conciencia) desde dónde el actuar, el pensar, las decisiones y soluciones serán diferentes, con más conciencia, más ajustados, más adecuados, más alineados con el ser. Sólo se trata de darse cuenta. Yo, no puedo cambiar, yo no puedo decidir de otra manera, actuar de otra manera, encontrar otras soluciones, tomar otras decisiones, cambiar de identidad, crecer, mejorar, etc. Yo, estoy condenado al nivel de conciencia que tengo, al modo de percepción que tengo. Cualquier “cambio” desde el mismo modo de percibir, desde el mismo nivel de conciencia, sin que se haya producido una toma de conciencia, sólo

¿Sabiduría o Autoayuda?

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“Pensar es pensar lo ambiguo y denunciar lo equívoco.” François Jullien Pensar filosóficamente es pensar juntos lo que no puede ser separado, lo ambiguo, y discriminar lo que no ha sido separado y tendría que serlo, lo equívoco. La noción de sabiduría es equívoca, remite a diferentes voces, cobra sentidos diferentes. Por un lado, el sentido fuerte, la  sofia  de los Griegos, el  tao  de los Chinos. Una sabiduría que adviene sin buscarla, como resultado de un proceso experiencial y vital, como consecuencia de una reflexión profunda y sostenida, como fruto de una maduración. Por otro lado, el sentido flojo, una pseudo sabiduría que se vende y se compra. Por un lado, máximas como síntesis propia de una comprensión conceptual y experiencial. Por otro lado, eslóganes como frases hechas, sin consistencia conceptual, encontradas en el mercado. Máximas como “Conócete a ti mismo” de Sócrates, “Carpe diem” de Horacio, “Conviértete en ti mismo” de Nietzsche, han sido

Lo transpersonal (entrevista de Andar por Ara)

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CONECTA Entrevistas de Andar por Ara Conecta con lo transpersonal (entrevistado por Gemma Pinilla)

Cambio de percepción

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“La vida no es un asunto personal.”  Gilles Deleuze Desde el paradigma vincular, el ser humano está en proceso, desplegándose constantemente, floreciendo, participando de la naturaleza, del planeta Tierra, del sistema solar y del universo. Participa de un único proceso global, orgánico, unificado y vincular. Si bien cada uno tiene “su” vida, participa de la vida. Si bien cada uno puede sentirse el centro de “su” vida (y por extensión de la vida), en el fondo, cada uno está tejido en una misma trama vincular, una misma red de relaciones, participando de un codestino vincular. La alternativa es la siguiente: vivir desde la percepción separativa del yo, sintiéndose el centro de “su” vida y separado del mundo que le rodea; o vivir desde la percepción vincular de la vida, descentrándose y sintiéndose participar de la humanidad y del cosmos. El sufrimiento, pasado o presente, es consecuencia de la percepción separativa del yo. La sanación tiene lugar en la toma de c

La inteligencia vincular (más allá del yo)

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“El yo [...] es una Torre,  desde la cual  la conciencia centralizada domina su mundo.” Eugenio Carutti El paradigma moderno supone al individuo como entidad separada. “Yo” soy separado de “ti”, de los demás, de los animales, de las plantas, del planeta, del universo. Este “yo”, llamado “autoconcepto” en terapia Gestalt, “ego” en psicología transpersonal, “narcisismo” en psicoanálisis, es el núcleo de mi identidad, el centro alrededor del cual “yo” organizo toda la historia que “yo” me cuento. El concepto de individuo supone al dualismo sujeto-objeto. “Yo” soy sujeto frente a un mundo que es objeto. De ahí que mi relación contigo, con el otro, con un animal, con el planeta, es instrumental, utilitarista. “Tú” eres el objeto que puedo manipular para mi interés propio. “Tú” eres el objeto que puedo usar para satisfacer mis deseos propios. “Tú” eres el objeto que puedo controlar, dominar, conocer, disecar. “Tú” eres un objeto que puedo influenciar para venderte mis productos.

La pareja como proceso

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La pareja es un proceso. Soy yo y eres tú, y somos nosotros. Nos entregamos no al otro sino en el proceso de la pareja. Entregarse en la pareja es entregarse en el proceso que es la pareja, en la relación. La pareja como relación es un tercer miembro, una tercera identidad, que tiene su vida propia. Es un espíritu o divinidad al que rendir honor. La pareja es un sistema de dos individuos. No se trata de confluencia, de un “nosotros” indiferenciado, pero sí de un “nosotros” como sistema que es más que la suma de los dos individuos. Dos individuos independientes que tienen sus límites y que al mismo tiempo se entregan al sistema de pareja. Lo que ocurre en la relación es sistémico, no hay culpables, hay corresponsabilidad (cada uno es responsable a 100% de lo que ocurre). La pareja implica exploración mutua de la conciencia, apertura al crecimiento personal. Amor y despertar de la conciencia. Si falta uno, no hay pareja. Cada uno es multitud: voces, personajes, yoes,