Mantenerse evolutivo, estar en proceso


“Sin prisa pero sin pausa.” Refrán popular

El ser humano está en proceso. Participando de la naturaleza, como cualquier planta o animal, crece, se desarrolla, se despliega, vive.

Los dos extremos que conllevan sufrimiento son el estancamiento en el pasado o la tensión hacia el futuro. Puedo fijarme, identificarme, cristalizarme, apegarme, bloquearme, pararme, acomodarme. O puedo tensarme, presionarme, imponerme, estresarme, exigirme. El pasado como el futuro me pesan.

Vivir es mantenerse evolutivo, es estar en constante renovación, fluir, dejarse ir. No es pues estancarse y paralizarse. No es tampoco progresar, mejorar, perseguir una meta, tender hacia un ideal, imponerse un objetivo, moralizarse. 

El arte del acompañamiento (del otro como de sí mismo) es la transformación del bloqueo en avance. Liberarse tanto del peso del pasado como del peso del futuro.

Pasado, presente y futuro son uno. El aquí y ahora no es la inmediatez de un presente sin conciencia del proceso. El aquí y ahora es la actualidad de un proceso, o sea la dinámica de un presente que se hace pasado y de un futuro que se hace presente. Vivir en el aquí y ahora, no es sólo pensar en el presente, es percibirse en proceso.

Desde un punto de vista personal, remite a las tres preguntas clásicas: desde dónde vengo, dónde estoy, hacia dónde voy. En un mismo movimiento y en actualización constante, lleva a: elaborar, significar y sacar lecciones de su pasado; atender, sostener y estar comprometido con su presente; prepararse y proyectarse en el futuro. Anclado en el presente, el pasado es una riqueza, una base desde la cual lanzarme hacia el futuro.

Desde el punto de vista del proceso, me dejo renovar, reactivar, incitar por la vida, dejo circular en mi la energía vital, me mantengo alerta y disponible a la vitalidad que me atraviesa, me mantengo evolutivo.


Entradas populares de este blog

Cambio de percepción

Lo cotidiano y lo cósmico

Imperativos